Recorrer andando la Calle Principal del casco histórico de la Vega de Arriba supone que nuestros ojos se dirijan casi sin pensar a dos llamativos escaparates, constituyendo estos tan solo la portada de un establecimiento con mucho que contar. Su nombre es Kanarybrazil y se trata de un comercio especializado en la confección de la tela de corcho, a la que sus habilidosas manos han dado infinitas formas durante cinco años: accesorios de moda y complementos como mochilas, bolsos o carteras, bisutería al estilo de collares, anillos y pulseras, o distintos souvenirs que prometen al viajero un recuerdo único de Gran Canaria, elaborado en la isla de manera artesanal. Estefanía y Rafael – originaria de San Mateo y proveniente de Uruguay, respectivamente – son la encantadora pareja responsable de estas pequeñas obras de arte, iniciando sus andaduras en el propio Mercado Agrícola y Artesanal de San Mateo. Durante su período aquí, donde trabajaban con materiales traídos desde el lejano Brasil (de ahí su curioso nombre), se percataron del éxito que tenían sus anillos elaborados en corcho. Esta fue la guinda del pastel que les impulsó hace tan solo dos años a alquilar un coqueto local, en una ubicación ideal donde comenzar a ofrecer “complementos sostenibles sin perder lo tradicional”. Su objetivo es diferenciarse del resto a la vez que preservar nuestras tradiciones, y para ello han sabido plasmar su propio estilo aportando luz, color y exclusividad en cada uno de sus diseños, pero incluyendo también distintos símbolos y representaciones canarios en muchos de ellos. Para la pareja es fundamental que todos sus artículos sean íntegramente elaborados a mano, y es por ello por lo que sus materiales importados desde Portugal proceden de artesanos del lugar a los que apoyan y trabajan codo con codo. Así, su elección fue desde un primer momento asentarse en nuestro rural pueblo veguero, que les acercaba a sus tan latentes valores de sostenibilidad y donde encontraron el establecimiento perfecto. Sus dos grandes ventanales se erigen como estupendos escaparates que animan a sumergirse en las entrañas del comercio que esconden detrás: uno está dedicado al propio taller, donde nace todo, y otro se ocupa de hacer gala de algunos de sus bellísimos productos.